Lunes, Mayo 06, 2024
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El comercio exterior

 

A la larga, las industrias (de exportación) se extendieron más y con mayor rapidez, que las de los mercados interiores. Entre 1700 y 1750 las industrias domésticas aumentaron su producción en un 7 por 100, en tanto que las orientadas a la exportación lo hacían en un 76 por 100; entre 1750 y 1770 lo hicieron en otro 7 por 100 y 80 por 100, respectivamente. La demanda interior crecía, pero la exterior se multiplicaba ( ). Este extraordinario potencial expansivo se debía a que las industrias de exportación no dependían del modesto índice «natural»de crecimiento de cualquier demanda interior del país ( ). El país que conseguía monopolizar los mercados de exportación de una amplia parte del mundo en un período de tiempo lo suficientemente breve, podía desarrollar sus industrias de exportación a un ritmo que hacía la revolución industrial no sólo practicable para sus empresarios, sino en ocasiones virtualmente necesaria

 

La conquista de mercados por la guerra y la colonización requería no sólo una economía capaz de explotar esos mercados, sino también un gobierno dispuesto a financiar ambos sistemas de penetración en beneficio de los manufactureros británicos ( ). Inglaterra estaba dispuesta a subordinar toda la política exterior a sus fines económicos ( ). La política inglesa del siglo XVIII fue de agresividad sistemática, sobre todo contra su principal competidor: Francia. De las cinco guerras de la época, Inglaterra sólo estuvo a la defensiva en una. El resultado de este siglo de guerras intermitentes fue el mayor triunfo jamás conseguido por ningún estado: los monopolios virtuales de las colonias ultramarinas y del poder naval a escala mundial. Además, la guerra misma, al desmantelar los principales competidores de Inglaterra en Europa, tendió a aumentar las exportaciones; la paz, por el contrario, tendía a reducirlas.

 

 

 

E. HOBSBAWM, Industria e imperio.

 

 

 

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