“Aunque haya dicho más arriba que todos los hombres son iguales por naturaleza, no se debe entender por eso que me refiera a todo tipo de igualdad […]. En nuestro desgraciado mundo, es imposible que los hombres, agrupados en sociedades, no se dividan en dos clases: la de los ricos, que mandan; y la de los pobres, que obedecen. Y estas se subdividen en miles, y estos miles tienen diferentes matices […]. Tal y como es el género humano, solo puede subsistir si hay una infinidad de hombres útiles que no poseen nada en absoluto; pues, evidentemente un hombre en su sano juicio no abandona sus tierras para ir a arar las vuestras; y si necesitáis un par de zapatos, no será un magistrado de París quien os lo haga. Es decir, la igualdad es la cosa más natural y la más quimérica.”
Voltaire. “Diccionario filosófico”.