El acuerdo de Locarno presenta la novedad de sustituir el espíritu de desconfianza por un espiritu de solidaridad. Y es por la solidaridad humana que hay que hacer que la guerra sea imposible. Ahí tengo, delante de mi, a los delegados de Alemania ... y eso no quiere decir que yo no siga siendo un buen francés, como ellos son, a buen seguro, unos buenos alemanes. Pero es que aquí todos nosotros no somos más que unos buenos europeos.
A. Briand. Declaraciones sobre el Tratado de Locarno. |