Jueves, Marzo 28, 2024
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Napoelón (II)

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El domingo 2 de mayo de 1813 comienzan los combates en los pueblos situados al sur de Lützen. Él cabalga en medio de sus soldados, entre los silbidos de las balas, mientras grita a los reclutas que se dispersan corriendo por las callejuelas del pueblo de Kaja, después de haberlo tomado y vuelto a perder varias veces: «¡Reuníos, soldados! ¡La batalla está ganada, adelante!». Asimismo, da sus órdenes a los edecanes. Han de hacer girar toda el ala derecha del ejército, teniendo como eje el pueblo de Kaja. Desbordarán así al ejército enemigo. Ordena a la artillería que siga el movimiento y aniquile a los rusos que reculen ante las salvas. Siempre bajo el fuego, observa la retirada de las unidades enemigas. Las han derrotado, pero no destruido.

—Podría acabar rápidamente las maniobras si tuviera dieciséis mil hombres más en la caballería —exclama.

Pero han conseguido una victoria y la ruta de Dresde queda abierta, Recorre las vanguardias cuando ya es de noche y el fuego ha cesado. Los soldados lo aclaman y gritan: «¡Viva el emperador!». Él se vuelve hacia sus edecanes.

—Nada es equiparable al valor, la buena voluntad y el amor de estos jóvenes soldados, llenos de entusiasmo —dice.

Dicta su proclama al ejército junto al fuego de un vivac.

«¡Soldados, estoy satisfecho de vosotros! —comienza—. ¡Habéis colmado mis esperanzas! Habéis suplido vuestra inexperiencia con vuestra buena voluntad y vuestra bravura, añadiendo un nuevo lustre a la gloria de mis águilas y demostrando de lo que es capaz la sangre francesa. La batalla de Lützen se considerará superior a las batallas de Austerlitz, de Jena, de Friedland y del Moscova.»

Recorre a caballo los alrededores y oye los lamentos de los heridos. La batalla ha sido sangrienta. ¿Cuántos han caído, diez mil, veinte mil muertos y heridos en cada bando? De repente, se siente exhausto. Todas esas victorias no conducen al final de la partida.

 

Max Gallo , Napoleón.

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